Veo que hoy hace exactamente dos años y dos días que escribí el último post, me gusta mucho escribir, de hecho esa fue la razón por la que elegí estudiar Periodismo y Comunicación y dedicar mi rumbo profesional en esa dirección, elegí escribir, leer, investigar, preguntar, escuchar, aprender sobre comunicación, las palabras, la estructura para comunicar, los formatos y todo ese mundo fascinante que crea mundos completos.
El devenir de los años y las experiencias me abrieron el concepto de comunicación a aquel ámbito interno que mora dentro de cada uno, a la comunicación que ocurre en el pensamiento, con uno mismo, con nuestra particular manera de ver el mundo, sentirlo, escucharlo, pensarlo, representarlo en nuestra mente, toda esa comunicación no verbal… fue con el COACHING y con la Programación Neurolingüística cuando comencé a escribir COMUNICACIÓN en mayúsculas.
Y caminando, caminando, fue justo hace dos años cuando comencé a ampliar este concepto de nuevo y decidí estudiar PSICOLOGÍA, ilusión que había abandonado hace años estando estabarazadísima. He de admitir que compaginar una vida profesional adulta a mis 44 años con atender una casa con adolescentes y siendo cabeza de familia (me falta el aire al escribirlo…), armonizar todo eso con estudiar una carrera universitaria me está llevando mucho tiempo y adaptación, y más estudiándolo a través de la UNED que además de utilizar métodos y contenido un tanto desfasados a mi gusto, he de desplazarme fuera de Zaragoza cada vez que tengo que hacer una práctica o un examen.
Hasta aquí las penas, ahora tocan las alegrías, porque me está haciendo muy feliz aprender cosas nuevas, profundizar materias que muchas ya conocía pero no de una manera estructurada, entender desde dentro cómo funciona el “establisment” y qué estrategias usa para defenderse, ver cómo mi hija me enseña matemáticas y biología y aprendo de ella una manera diferente de comprender estas materias que antes me resultaban tan feas (ahora me encantan) y vivenciar una vez más que eso de que los “límites nos los ponemos nosotros” es verdad. Todo esto es lo que me ha tenido estos dos años ausente de escribir pero presente de vivir.
No sé si escribiré regularmente o no, la verdad es que me da igual en estos momentos, lo que me importa es seguir al pie del cañón apoyando vidas, impulsando proyectos, agitando empresas y equipos, orientando jóvenes universitarios, todo ello sin olvidarme de estar comprometida conmigo misma y mi sentido de vida. Así que este post es para decirte que sigo aquí aunque no escriba, que puedes contactarme cuando quieras y, ante todo, que te comprometas con tus SUEÑOS… CON MAYÚSCULAS.