Coaching improvisado y adolescentes

Esta mañana hemos tenido un desayuno de los que me gustan, de esos en los que la conversación acaba yendo sobre temas que nos importan mucho, y con un papel y un boli rojo hemos acabado haciendo una sesión de coaching improvisada para buscar soluciones sobre la situación que en estos momentos están viviendo mis dos jovencitas de 12 y 14 años, cada una la suya.

Ellas han ido concretando los elementos que consideran que influyen sobre lo que quieren, y así los han llamado: sucesos (las cosas que ocurren constantemente), relaciones con otros, conversación interior y tiempo presente, pasado y futuro, definiendo el tiempo presente como el aquel en el que podemos solucionar un problema. Toda la conversación ha ido sobre responsabilidad personal… sin utilizar la palabra responsabilidad, porque ni tienen edad para usarla ni tienen apertura para escucharla, si la hubiese nombrado, ahí mismo se hubiese terminado el desayuno.

Ha sido bonito ver como pasaban de la queja y de echar balones fuera a buscar alternativas que dependan de ellas mismas dejando que los demás (relaciones con otros) y lo que ocurra (sucesos) sean como quieran ser. Su compromiso ha sido claro: cambiar lo que está en sus manos y de la manera en la que les parece correcto a ellas decidiendo una pequeña acción cada una que realizar.

Todo un placer de desayuno… ¡ahora toca acompañar mientras lo ponen en práctica!

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